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El Tarot Egipcio: símbolos antiguos para preguntas modernas

Un viaje al corazón del misterio


Entre los muchos mazos de tarot que existen, el Tarot Egipcio despierta una fascinación especial. Sus cartas, llenas de jeroglíficos, faraones, templos y dioses, parecen hablarnos desde otro tiempo, invitándonos a explorar un universo cargado de sabiduría ancestral.

Pero… ¿realmente proviene del Antiguo Egipto?

La respuesta, aunque menos mágica de lo que algunos quisieran creer, es aún más interesante.


Origen: entre mito, historia y reinterpretación moderna


A diferencia del Tarot de Marsella o del Rider-Waite, el Tarot Egipcio no tiene un origen comprobado en el Antiguo Egipto.

Su creación es moderna, nacida del interés esotérico del siglo XIX, cuando Europa miraba a Oriente con una mezcla de fascinación y romanticismo.

Los primeros en hablar de un tarot egipcio fueron ocultistas franceses como Jean-Baptiste Alliette (Etteilla) y Antoine Court de Gébelin, quienes aseguraban que las cartas del tarot provenían del “Libro de Thoth”, un supuesto texto sagrado del dios egipcio de la sabiduría.

Aunque no existe evidencia de ese libro ni de que los egipcios practicaran algo parecido al tarot, esta idea arraigó en la cultura esotérica occidental.

En el siglo XX, autores como Comte de Saint-Germain y C.C. Zain (de la Hermetic Brotherhood of Luxor) siguieron desarrollando la idea de un tarot cargado de simbolismo egipcio. Así surgieron los mazos más conocidos que hoy llamamos “Tarot Egipcio”, reinterpretando los arcanos mayores y menores con iconografía del Nilo, los templos, los dioses y los jeroglíficos.


Estructura del Tarot Egipcio


El mazo conserva la misma cantidad de cartas que el tarot tradicional:

78 cartas en total: 22 Arcanos Mayores y 56 Arcanos Menores.

Sin embargo, su estructura es única:


Los símbolos y jeroglíficos: un lenguaje oculto


Una de las particularidades más fascinantes del Tarot Egipcio es su densidad simbólica. Cada carta es un sistema en sí mismo, que combina distintas capas de lectura:

  1. Jeroglíficos: cada signo tiene un valor fonético y otro espiritual. Por ejemplo, el jeroglífico del ojo (Wedjat o “Ojo de Horus”) representa la visión interior y la protección.
  2. Numerología: los números no son secuenciales, sino que aluden a principios universales. Por ejemplo, el 3 puede hablar de creación o equilibrio, y el 7 de sabiduría o iniciación.
  3. Astrología: muchas cartas se relacionan con planetas y signos zodiacales, como Marte con la energía activa o Venus con la armonía.
  4. Letras hebreas y símbolos alquímicos: en algunos mazos (como el de Isha Lerner o el de C.C. Zain), aparecen elementos del hermetismo occidental, vinculando el tarot con la Cábala y la alquimia.
  5. Dioses y figuras egipcias: Isis, Osiris, Anubis, Thoth, Ra, entre otros, aparecen como arquetipos del alma y del cosmos.

El resultado es un mazo profundamente meditativo, que más que “mostrar escenas”, codifica conceptos universales.

Por eso, su lectura requiere una mirada más intuitiva y simbólica, menos narrativa que el Rider-Waite, pero más filosófica y energética.

El Tarot Egipcio no busca tanto “contar una historia” como despertar una comprensión interna. Cada carta actúa como un espejo que refleja un principio universal y una energía particular.


¿Por qué nos atrae tanto el Tarot Egipcio?


Tal vez porque combina dos fuerzas irresistibles:

la belleza del Antiguo Egipto y el misterio del autoconocimiento.

Nos remite a templos silenciosos, al brillo dorado del desierto y a una sabiduría que parece perdida… pero que, en el fondo, sigue viva dentro de cada uno.

El Tarot Egipcio nos invita a recordar que somos parte del universo, y que los símbolos antiguos aún pueden hablarnos, si sabemos escucharlos.


Cómo usarlo hoy


Podés usar el Tarot Egipcio de varias maneras:

En todos los casos, el Tarot Egipcio funciona menos como “herramienta adivinatoria” y más como puente hacia la conciencia, un mapa simbólico del alma.


Conclusión: el eco de una sabiduría eterna

Aunque no provenga directamente de los templos de Luxor ni de los papiros del Nilo, el Tarot Egipcio traduce a nuestro tiempo el anhelo más antiguo del ser humano: entender el misterio de la existencia.

Cada carta es un jeroglífico del alma, una puerta a un conocimiento universal que sigue resonando en quienes buscan respuestas profundas. ¿Querés conocer este mazo? Conseguilo en Ecléctica.


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